En la superficie

El agua acaricia sus pies,
la mar va y viene.
Es una llamada constante,
es un pulso que no puede desoír.
 
Aunque quiera,
los remolinos del fondo le esperan,
las olas serán surfeadas.
 
El miedo ni le roza,
lo mira desafiante:
Está dispuesta.
 
Entrará al mar,
la arena le rozará,
la tormenta se intuye...
 
Recordará que todo empezó en noviembre:
Los días oscuros,
las llamadas,
la muerte.
 
Y todo será la misma vida,
con sus despedidas,
sus brotes,
nuevas risas,
regalos en amaneceres.


-Marazpu.

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