Menguante
-“Espera un segundo…." -"¡Tengo que contarte muchísimas cosas!”. -“Concédeme un minuto". -"Nada, una tontería que me ha pasado”. -“Regálame una hora…" (silencio). -“Dame un día…"(silencio acumulado). Y a ese día súmale un día y otro día más… Así el silencio creó el infinito y de este modo el silencio se estableció como la mayor distancia entre las personas. Ese silencio en el que parece que no vale recuerdo alguno que le haga a tu juicio anteponer lo vivido a lo que queda por vivir, que no colabore tu cronología vital a entender que es imposible seguir a todos a la vez por el callejón ancho y que los semáforos en rojo son las esperas, los fracasos y las dudas que nos llevan al semáforo en verde que es cuando la vida deja vivir y respirar al mismo tiempo sin que duela. Los momentos para estar ahí, no son todos… ya que nos empeñamos en extorsionar al recuerdo, queriendo que nos recuerden siempre… aunque sea complicado no pensar y